Por Gerson de la Rosa

Las acciones de protesta de los estudiantes universitarios en los distintos centros regionales del país, han puesto al descubierto la verdadera naturaleza de las autoridades universitarias. La poca capacidad de dialogo, la intransigencia en resolver la problemática planteada por el movimiento estudiantil, sumado a la falta de valores democráticos y las prácticas de autoritarismo han sido parte de las aristas mostradas por la señora rectora y su corpus de seguidores insertos en los diferentes organismos de dirección en la Universidad.

Por otro lado, las prácticas represivas hacia la comunidad estudiantil, mismas que sintetizan en los diferentes requerimientos fiscales y el de adoptar medidas sustitutivas hacia los principales dirigentes, el despido selectivo de personal que simpatiza con las acciones de los estudiantes, así como el desplazamiento de un amplio contingente policial para reprimir a los estudiantes que mantenían ocupadas las instalaciones de Ciudad Universitaria y de los centros regionales, han enardecido a los diferentes agentes de la comunidad universitaria y a la opinión pública.

Lo cierto es, que las movilizaciones y las acciones de protesta de los estudiantes han logrado evidenciar las políticas neoliberales de Julieta y sus sequitos, además de la centralización del poder y los diferentes mecanismos de represión de los organismos de dirección de la UNAH.

¿Medidas académicas o neoliberales?

Los cinco años de gobierno de Julieta Castellanos han sido desastrosos para los trabajadores de la Universidad, dado que durante su gestión ha logrado aplacar la oposición representada por el movimiento sindical y el magisterial, con ello ha destruido los instrumentos de ley que contemplan la normativa para regular las relaciones obreros patronales –Estatuto del Docente Universitarios y XIV Contrato Colectivo-.

Situación que le permitió imponer sus propias políticas de selección de personal, no otorgar los aumentos contemplados por la indexación salarial y costo de vida e introducir una serie de medidas para no lograr las reclasificaciones y de esa manera no asegurar la movilidad salarial. Por si esto fuera poco, sus políticas de contratación han puesto en detrimento el Instituto de Previsión de la UNAH, hasta el punto de que el mismo gobierno de JOH ha intervenido argumentando que se deben de implementar una serie de medidas para rescatar la institución por el déficit actuarial existente.

Además de esto, se ha acelerado el proceso de centralización del poder eliminando las instituciones de los estudiantes, docentes y trabajadores en los órganos de dirección universitaria, en algunos casos eliminándolas y en algunos convirtiéndoles en órganos consultivos sin poder resolutivo.

En ese sentido, los docentes y estudiantes han quedado al margen de las decisiones y sin representaciones en los organismos de dirección. Situación que se agrava al momento de tomar decisiones que afectan de forma directa los intereses desde la perspectivas de las relaciones laborales y lo académico.

Desde esa perspectiva fueron aprobadas las reformas a las normas académicas y con ello elevando el índice de aprobación y permanencia, así como la introducción de la tabla que restringe la matricula en relación al desempeño durante el periodo académico. Violentando el derecho al acceso a la educación gratuita que contempla la Constitución de la República.

El discurso de las autoridades gira alrededor de la calidad educativa, elevar el desempeño académico de acuerdo a estándares internacionales, no obstante las medidas se dirigen a restringir el acceso a miles de estudiantes universitarios a la educación pública, dado que el Estado no está en la disposición de aumentar la capacidad instalada de los centros educativos del país y contratar personal docente, dado que se implica derogar mayor cantidad de presupuesto en materia educativa.

Hacia la constitución de un movimiento amplio de indignados

Los estudiantes universitarios son el único bastión de oposición de la señora Rectora Julieta Castellanos, y ella lo sabe muy bien, he ahí su intransigencia. Desafortunadamente, los docentes y trabajadores no han jugado un rol importante y significativo en el proceso de la lucha, aún pesa las derrotas acaecidas los años anteriores, pero todavía pueden integrarse e introducir un pliego de lucha que contemple un aumento general de salarios, exigir se resuelva la problemática planteada a través de un dialogo nacional que incorpore a docentes y trabajadores universitarios, la firma inmediata del XV Contrato Colectivo, el respeto a la libertad de cátedra y la eliminación de los antidemocráticos e inconstitucionales mecanismos de control. En ese sentido, desde el PSOCA proponemos que los docentes críticos, beligerantes e interesados en el rescate de la academia y el respeto de los valores democráticos, se organicen para conforma un movimiento amplio de docentes y trabajadores indignados. Con ello, se asegurará la presencia de sectores fundamentales en la resolución de la problemática universitaria.


Por Aquiles Izaguirre.

La rectora Julieta Castellanos y las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), utilizando a la Policía Nacional, y el grupo “élite” Tigres, desplegaron un operativo militar intimidante en los alrededores de Ciudad Universitaria, desplegando hasta tanquetas y helicópteros, como en un escenario de guerra.

Los efectivos militares no se apostaban para capturar narcotraficantes sino con la clara intención de atemorizar y desalojar a la vanguardia de estudiantes se tomaron las instalaciones de la UNAH, protestando contra los planes de la rectoría y el Consejo Universitario.

¿Pero que terrible delito cometieron estos estudiantes? La respuesta es sencilla, estos estudiantes estaban apoyando a compañeros estudiantes del Valle de Sula en su protesta en contra de la cancelación del período académico, además de estar en contra de la criminalización que ha hecho la rectoría de la protesta estudiantil, pero sobre todo llamar al dialogo a las “autoridades universitarias”.

Sin duda alguna, el ingreso de la Policía a Ciudad Universitaria es un hito histórico en la educación superior en Honduras. Julieta Castellanos, rectora de la UNAH, ha sepultado el espíritu de la autonomía universitaria, que ahora solo defiende en los discursos llenos de palabras vacíos de contenido, sin sustancia, solo esgrimidas como simple propaganda política.

De nuevo a la lucha.

Ni siquiera han transcurrido 24 horas después del desalojo de la UNAH, muchos compañeros sienten todavía el acoso constante. Pocos olvidan como los órganos de la Policía Militar rondaban los portones de Ciudad Universitaria, amagando disparar para que los huelguistas perdieran la calma y todo terminase en tragedia. ¿o quién puede olvidar la “galante” competencia de motocicletas realizado por agentes de la Policía Militar? Y, a pocas horas del desalojo, como se desplegaron escuadrones de Tigres, los tanques y helicópteros. Todo esto ha quedado grabado en la mente de los huelguistas que han logrado salir de la toma sin heridos o detenidos. Esto es, por si, un resultado bastante favorable para los compañeros involucrados en la toma.

Por ende, es hora de reflexionar sobre lo ocurrido en la toma de Ciudad Universitaria y prepararnos para continuar la lucha, es decir, aprovechar las factores favorables obtenidos en una semana de toma, y discutir las tácticas que debemos utilizar con el reingreso a clases. Por así decirlo, el desalojo debemos verlo como un repliegue táctico que puede traer beneficios a todos los sectores involucrados en la toma.

Hora de masificar la lucha.

Si bien la rectora Castellanos y compañía han planteado que el desalojo es el fin de nuestra lucha, nosotros como estudiantes debemos clarificar el resto de estudiantes que el regreso a clases no es una victoria de Julieta Castellanos, sino que la lucha ha pasado a otro nivel, en donde los estudiantes deben participar masivamente en esta nueva fase.

Tenemos la oportunidad de seguir impulsando nuestra lucha contra el despotismo de la rectora y sus normas académicas. Es hora de llevar la lucha a otro terreno, denunciando el efecto nocivo de las nuevas normas académicas, a través mítines, asambleas de grupos, de aulas, de escuelas o facultades, en donde podamos dialogar con el resto de estudiantes para convencerlos que nuestra lucha no solo es correcta, sino que es crucial para el futuro de la UNAH y de la educación superior en Honduras.

Debemos denunciar el ingreso de los militares a la universidad como el pico más alto del despotismo de la rectora Castellanos y sus allegados, que no piensan en la educación, sino en cómo edificar su proyecto político personal. El ingreso de cuerpos militares al Alma Mater es una violación más a la autonomía universitaria, que debe ser condenada en todos los espacios que tengamos, siendo de vital importancia explicar que los recintos universitarios tienen autonomía para resolver sus problemas internamente.

Reiniciar la lucha aula por aula

Debemos pasar aula por aula, explicando todo lo ocurrido y como necesitamos el apoyo orgánico del resto de compañeros y compañeras. La fortaleza orgánica de las mini asambleas de cada aula no se ha comprendido aún en toda su dimensión. Un grupo de 3 estudiantes que pase por 6 aulas podrá explicar y propagandizar en una hora, más de lo que harán 10 activistas estudiantiles en un mitin en la plaza de las culturas.

Organizar a los compañeros que no han participado.

Siempre es importante comprender que hay muchos compañeros que no se involucran en las tomas, pero están dispuestos a participar en actividades estudiantiles en la universidad, que es su espacio natural. El problema es que la mayoría de estos compañeros terminan diluidos porque no encuentran un espacio orgánico para participar, muchos no quieren participar en algunos de los actuales frentes estudiantiles, por ello es necesario constituir comités de apoyo amplios a favor de la lucha por la derogación de las normas académicas en cada aula.. Esta actividad puede gestar una fuerza orgánica pocas veces vista en la UNAH, sin duda es un gran reto que debemos aceptar si queremos vencer a la rectoría.

Asambleas y Marchas en Ciudad Universitaria.

El espacio que nos da el reingreso a clase es propicio para retomar las marchas y asambleas por asociaciones, escuelas o facultades. Nos hemos olvidado que la primera vez que se paralizaron las normas académicas fue por una dinámica de lucha en lo que primo fue la movilización y las asambleas estudiantiles. Estas son armas que debemos utilizar para defender el derecho a la educación. Hagamos de ciudad universitaria un polvorín político que obligue a las “autoridades” a escucharnos.

Los docentes y trabajadores universitarios.

Hasta el momento la lucha solo la han librado los y las estudiantes. Pero no podemos olvidarnos del otro componente de la comunidad universitaria: los docentes y trabajadores. Debemos llamar a los claustros de docentes a que se pronuncien a favor de la autonomía universitaria y que las autoridades dialoguen con los representes estudiantiles en lucha.

De igual manera, debemos emplazar al sindicato de la universidad para que se pronuncie al respecto. Esta labor no debe ser vista como algo efímero. En la huelga se vio el apoyo de algunos docentes y sindicalistas individualmente, se trata de que se pronuncien oficialmente como organismos de la UNAH. Debemos tener como objetivo central no solo incorporar masivamente a más estudiantes, sino ganar a los docentes y trabajadores a nuestra lucha, para defender la autonomía y la educación superior en conjunto con ellos, en solo frente de lucha universitario.

Esta labor es importante, mas si se crea una comisión entre Frentes, Movimientos y Asociaciones que visiten los cuerpos docentes y les pidan cordialmente que se pronuncien contra el ingreso de militares a la universidad y que condenen la violación de la autonomía universitaria.

La perspectiva está planteada para que no abandonemos la lucha, el desalojo militar solo es el inicio de una lucha mas táctica en donde la defensa de los compañeros interpelados judicialmente, pasa por la lucha en contra del autoritarismo de la rectoría y sus esbirros.  


Por Sebastián Ernesto González

El día viernes 17 de julio se realizó la novena marcha de las antorchas, pero en esta ocasión con una nueva característica: hubo dos marchas, la tradicional marcha original se dividió en dos.

Una convocada por parte de los heroicos muchachos que se encontraban en huelga de hambre y que se han autodenominado coordinadores del movimiento de los Indignados, como Ariel Varela y Miguel Briceño. Esta marcha fue convocada con el propósito de dirigirse a la embajada norteamericana en Tegucigalpa, con el objetivo de agradecer al embajador James D. Nealon por la partida presupuestaria aprobada recientemente por el Congreso de Estados Unidos, consistente en 2 millones de dólares, en el marco de la llamada Alianza para la Prosperidad (APP)

La segunda marcha fue convocada por la vanguardia militante del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), y con el propósito de apoyar a los estudiantes que tenían tomada las instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), con rumbo la Casa Presidencial, donde se encuentran los compañeros del movimiento en huelga de hambre.

Marchas de las antorchas: movimiento progresista en contra de JOH 

Sin duda alguna, que el movimiento de las antorchas vino a dar una esperanza de lucha a la clase trabajadora y al movimiento estudiantil después de la cruenta derrota en la lucha contra el golpe de Estado. Ha sido hasta ayer un movimiento progresista que se movilizaba contra del corrupto gobierno del presidente Juan Orlando Hernandez (JOH). Este movimiento de lucha se convierte en el más grande después de las luchas realizadas en años anteriores por el magisterio y después por el FNRP.

Cuando la discusión en Honduras era si se reelegía a JOH o a Manuel Zelaya, apareció este movimiento, reflejo de la rebelión de la clase media, originado para la denuncia pública del latrocinio al IHSS, donde el autor intelectual y material fueron las altas dirigencias del Partido Nacional, incluyendo al propio Juan Orlando Hernández. El movimiento ha crecido tanto, que ya el tema de la reelección quedó relegado a futuros contextos. Cortándole por el momento, las aspiraciones reeleccionistas a JOH o cualquier otro ex presidente.

El movimiento ha evolucionado de menos a más: Estas movilizaciones fueron convocadas inicialmente por el Partido Libre y FNRP, luego impulsado por Salvador Nasralla, quien metió de contrabando la consigna de solicitar la instalación de una Comisión Internacional de Lucha contra la Impunidad en Honduras (CICIH). Al movimiento se sumaron poco a poco diversos sectores como el Partido Innovación y Unidad (PINU), hasta sectores de la empresa privada (con el claro interés de manipular el movimiento espontaneo), trabajadores, campesinos y otros. Sin duda alguna, el mayor ganancioso del movimiento ha sido Salvador Nasralla y el Partido Anticorrupción (PAC), por que ha capitalizado políticamente el gran descontento de la clase media contra de la corrupción de los políticos tradicionales y empresarios, a través de sus agresivas declaraciones condenando al gobierno de JOH.

La reculada del FNRP

Cuando inició el movimiento la consigna central fue “fuera JOH”, luego esta evolucionó a la instalación de una CICIH. Toda la oposición burguesa, en la medida que no pueden tumbar a JOH ni siquiera pueden montarle el juicio político, ha comenzado a enarbolar como consigna central la instalación de la CICIH. LIBRE y el FNRP apoyan incondicionalmente la instalación de la CICIH. Con la reanudación de las sesiones del Congreso Nacional, Manuel Zelaya introdujo una propuesta de convocar a un Referéndum, para consultar al pueblo sobre si está de acuerdo con una CICIH. Nos alejamos cada vez más del objetivo central de luchar contra el gobierno de JOH, todos comienzan a reacomodarse y buscar convertir al movimiento de las antorchas en su propia base electoral.

De rodillas ante el embajador Nealon

Detrás de las dos últimas convocatorias del día viernes se esconden dirigentes con intereses oscuros y oportunistas, y aunque los que se movilizan seguramente desconocían este hecho, lo seguro es que las marchas se terminarán fragmentando ante las maniobras de los que pretenden agotar y desmovilizar las marchas.

Cinco jóvenes Indignados que encabezaron la marcha hacia la embajada fueron recibidos por el embajador James Nealon, entre ellos Ariel Varela y Miguel Briceño. A los que el embajador Nealon, respondió: “La solución tiene que ser algo construido para Honduras y tiene que ser una solución hondureña. Estados Unidos ayudará a los esfuerzos de Honduras a tratar de combatir la impunidad y corrupción y fomentar la transparencia. He dejado claro a los que se han presentado a sí mismos como los líderes de este movimiento que solo yo hablo en nombre de la Embajada de Estados Unidos en Honduras, y no están autorizados a hablar en mi nombre”. (17/07/2015).

Con estas declaraciones queda evidenciado que el gobierno de Estados Unidos apoya incondicionalmente al gobierno de JOH (aunque tenga presiones sobre la instalación de la CICIH) y la propuesta de dialogo nacional. La nueva política del imperialismo norteamericano es controlar los gobiernos centroamericanos, principalmente los del Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador) ya sea a través de organismos como la CICIG, CICIH, o CICIES, o simplemente implementando las políticas que decide la Casa Blanca.

Por la independencia de las marchas de las antorchas

Las movilizaciones de las antorchas deben mantener su unidad, no deben ser divididas por la estrategia de JOH o de la embajada norteamericana. Es hora que los trabajadores y los sindicatos se pongan al frente de estas marchas, para evitar las manipulaciones de los partidos de la oposición burguesa, que solo buscan como aprovechar las circunstancias para negociar con JOH. Debemos luchar porque estas marchas sean políticamente independientes

 

Por Aquiles Izaguirre.

Nuevamente los y las estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) nos encontramos en una nueva lucha. Esto no es fortuito, sino que es el resultado de una lucha inminente entre dos sectores que desde hace mucho tiempo están en conflicto.

Por un lado encontramos a las “autoridades de la UNAH” encabezados por Julieta Castellanos, y en el otro nos encontramos con la vanguardia estudiantil que se resiste a la implementación de las políticas esgrimidas por la Rectora y su cuerpo de trabajo. Sin duda, esta pugna aparece camuflada por la lucha contra las reformas académicas, pero en el fondo esconde una lucha más importante que están librando los y las estudiantes, y es una lucha democrática en contra de la concentración de poder en manos de la rectora y sus allegados. Sin duda, la realidad política del país se vive intensamente en la UNAH, en donde se están reproduciendo, y materializando la tendencia que hasta hace poco predominaba en el país con el gobierno de Juan Orlando Hernández, es decir, a la focalización del poder político y económico en las manos de una persona y sus allegados. Al más fino estilo de una novela de Mario Puzo, doña Julieta Castellanos decide lo que está bien o mal a lo interno de la universidad, sin tomar en cuenta la opinión de los trabajadores, docentes u estudiantes. Pero veamos someramente lo que está ocurriendo en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.

Toma en el Valle de Sula.

Como ya se ha relatado en anteriores ediciones de El Socialista Centroamericano, las luchas contra las reformas académicas no son nuevas, todo lo contrario, ha sido uno de los pilares de las luchas de los estudiantes en los últimos períodos. La problemática es amplia, pero sobre todo trae aparejados dos elementos que son necesarios destacar. El primero es lo antidemocrático de la aprobación de las reformas académicas, prácticamente la rectoría y las “autoridades” han venido eligiendo a los representantes de los estudiantes ante el consejo universitario. Esta aberración fomentada por la rectoría ha dejado sin representación democrática a los y las estudiantes dejándoles acéfalos y sin ningún control del poder en la UNAH. Esto acurre después que la rectoría, en los hechos desarticulo al sindicato de trabajadores de la UNAH. Como podemos ver, los movimientos estudiantiles son el último bastión de lucha orgánica en contra del despotismo de la rectoría.

Por si fuese poco, la ilegitimidad de estas decisiones tomadas por una élite se conjugan con una traspolación de la realidad hondureña, en donde se quieren aplicar normas académicas que dejarían fuera a miles de estudiantes, sin ofrecer siquiera la posibilidad de incorporarles de manera alternativa a la educación superior. Es decir, el sistema está concebido para otra realidad, muy lejana a la hondureña. Ante las falencias de la educación media, los problemas económicos, los problemas sociales, las “autoridades” venden la idea de que los malos resultados solo son producto de la ociosidad de los estudiantes, dejándoles solos y sin darse una política para educar actores que puedan cambiar la realidad tan triste de Honduras.

Así es que la lucha en contra de las normas académicas fue planteada en la UNAH VS y en Ciudad Universitaria. Pero en este período fueron los estudiantes de Odontología de la UNAH VS los que salieron a la lucha realizando tomas en la UNAH VS. Estos estudiantes exigían, entre otras cosas: “Los jóvenes demandan la derogación del artículo 029-2015 que aborda reformas académicas, que según los manifestantes, afectan el número de clases que pueden matricular con respecto a las unidades valorativas (…) Además, piden que se mejoren las instalaciones físicas de Odontología en el Valle de Sula, así como el buen manejo de los fondos que ingresan a la carrera.” (Proceso Digital 10/07/15)

Esta pequeña vanguardia estudiantil se constituyó en un bastión. Siendo los estudiantes de odontología quienes se mantuvieron en pie de lucha. Como era de esperarse, esta actitud no les ha parecido a “las autoridades”, y en acto de intimidación mandan a suspender el período académico para la carrera. Rutilia Calderón, vice rectora académica haría el anuncio: “ya es un hecho, el período está suspendido bajo la responsabilidad de los estudiantes de Odontología que tienen la toma tal como lo expresaron a través de los medios de comunicación” (Ídem)

Según la vice rectora académica, la decisión fue tomada aun sabiendo que se podrían afectar: “Unos mil 600 estudiantes de la carrera de Odontología son los afectados con la medida y otros 20 mil están a punto de salir afectados en caso que no termine la huelga.” (Ídem)

Quisieron cortar el árbol de raíz, pero esta acción y la nueva dinámica abierta con las movilizaciones a nivel nacional dieron aire a un sector de la vanguardia estudiantil que en el Valle de Sula, Ciudad Universitaria, el CURLA y Comayagua se dan a la tarea de realizar plantones y tomas en dichos recintos universitarios.

La Vanguardia estudiantil.

Sin duda alguna aplaudimos la lucha estoica de los estudiantes que se han alzado en contra del despotismo imperante en la UNAH. Pero es imperativo analizar la dinámica de la lucha de esta vanguardia estudiantil. Para comenzar, la toma de los recintos demuestra un acto de enorme valentía, y es realizada por la vanguardia estudiantil, es decir, por un sector de los estudiantes que ha estado encabezando las protestas desde hace tiempo, pero que desgraciadamente que no constituimos la inmensa mayoría de la población estudiantil.

Por las características de estas tomas es importante entender que deben ser actos disciplinados y con una enorme conciencia de lo que se juega, es decir, la lucha pasa por resistir el desgaste que propondrá la rectoría. El esquema de la rectora es simple, debilitar la toma, presionar al resto de los estudiantes, personal administrativo y docente para que se vuelvan los enemigos más acérrimos de los estudiantes en huelga. Desde ya, y como se filtró hace poco, las autoridades tienen su centro de operaciones en Comayagüela y están trabajando para aplastar a la huelga.

Por lo antes expuesto, es imperativo para los huelguistas tener una política hacia fuera, que evite el aislamiento y la integración de todos los estudiantes a la lucha democrática en contra de las reformas académicas y la solidaridad con los compañeros del Valle de Sula. No entender que el aislamiento es lo peor que le puede pasar a las tomas en los recintos es liquidacionista, por lo que exhortamos a los estudiantes que hagan un llamado a los docentes, trabajadores y sindicatos a que apoyen la toma, la unión de estos sectores es lo que más teme la rectoría, la que sin duda alguna, promoverá una balcanización que sería nefasta.

Sin duda, otro de los problemas planteados es el tema de ¿cómo mantener la toma? para lograr mantenerla se debe evitar que los huelguistas nos aislemos de la masa estudiantil, esta, tal vez, es la principal tarea que tenemos planteada para la coyuntura. No se trata de tener un discurso hacia ellos, sino todo lo contrario, entender que solo la masa de estudiantes sumados a la toma puede crear un yunque sólido, prácticamente imposible de romper para la rectoría. Es urgente que las asociaciones, movimientos y frentes involucrados llamen a los estudiantes a sumarse e incorporarse a las comisiones. No debemos temerle a que la población estudiantil engrose nuestras filas, todo lo contrario, es imperativo entender que la suerte de las vanguardias estudiantiles están ligadas a como estas sepan incorporar de manera masiva a los y las estudiantes para que luchen por sus derechos.

La democracia es imperativa para que avancemos, es el camino que se ha tomado en la huelga, en donde las decisiones políticas han estado en manos de asambleas estudiantiles. Asimismo, las Asociaciones Estudiantiles deben hacer llamados públicos para que se incorporen sus estudiantes con la claridad que en estas tomas se está jugando el futuro de los movimientos estudiantiles de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.

La perspectiva está planteada, si logramos asumir políticamente la tarea de incorporar a nuevos actores a la lucha, es muy probable de las tomas de los recintos sean exitosas. El problema es político para ambos sectores en pugna, reconocerlo es imperativo para que nuestra lucha tenga éxito. De no lograrlo, nos arriesgamos a que las noches y el cansancio vaya mermando a esta heroica vanguardia, que sin relevos no podrá mantener por mucho tiempo las tomas, obligándonos poco a poco, a que tengamos que replegarnos a una posición más defensiva. Por ende, creemos que el éxito de la lucha aún está en nuestras manos, y no solo pasa por ofrecer peñas culturales a los estudiantes para que se distraigan, sino que asuman un compromiso serio, orgánico y de acuerdo a sus posibilidades.  

 

Por Justo Severo

La lucha que sostienen los trabajadores de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) y los empleados del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA), no ha contado con el respaldo total de los gremios, sindicatos y centrales obreras. La lucha se ha vuelto silenciosa y sin la solidaridad de todos los sectores encargados de velar por los derechos y conquistas de la clase trabajadora.

En repliegue las conquistas de la clase trabajadora

Desde que ocurrió el golpe de Estado en el 2009, los gobiernos que se consolidaron en el poder de manera fraudulenta y sin gozar de la popularidad de la mayoría de los hondureños, se han encargado de precarizar y golpear a toda la clase trabajadora. Los gobiernos de Porfirio Lobo y Juan Orlando Hernández, acabaron con las conquistas salariales y sociales, desbarataron sindicatos y gremios, privatizaron HONDUTEL, SANAA y ENEE, esto causó el despido de miles de trabajadores, de igual forma hay que agregar el alto nivel inflacionario, la entrega de nuestro territorio a compañías extranjeras, la receta de paquetes fiscales, el alto costo de la canasta básica. Ante este panorama, los dirigentes de sindicatos y centrales obreras no han sido capaces de hacerle frente a las políticas nefastas del gobierno con acciones contundentes que reviertan la actual calamidad que viven los trabajadores.

Caso de ENEE y SANAA

En los últimos meses, en la estatal energética se han despedido cerca de 1500 empleados, mientras que en el SANAA se han reportado cerca de 400 despidos. Los trabajadores han hecho plantones, tomas de instalaciones, cierre de calles que impiden el acceso a los demás empleados como medidas de presión para lograr los reintegros y que se les pague de alguna manera sus derechos. En relación todos estos despidos, planteamos que se debe luchar para que estos trabajadores sean reintegrados. Lo que se tiene que hacer es reducir los gastos a través del control de los trabajadores por el despilfarro que hay de la burocracia gobernante, el hecho también que se distribuya las horas de trabajo, es decir, en vez de trabajar ocho horas que se trabajen seis o siete horas según sea el caso, de manera tal que todos trabajen y tengan el mismo salario. Lo mismo se debería hacer en el SANAA, sería la estatización, la no municipalización, el control obrero sobre la empresa para vigilar los gastos y cuando haya déficit, el Estado tiene que asumir de manera tal que los trabajadores no paguen las consecuencias, ni la población tampoco.

Lucha de los trabajadores de la ENEE y SANAA son tan importantes como la marcha de las antorchas

La marcha de las antorchas ha opacado enormemente la lucha que sostienen los trabajadores de la ENEE y el SANAA. Estas marchas se han creado producto de la rebelión de la clase media a través del movimiento de los “indignados”, quienes piden una comisión internacional para que acabe con la corrupción y la impunidad que se vive en el gobierno de turno; las marchas se han encargado de olvidar la problemática que ocurre en la ENEE y SANAA, producto que los medios están más al tanto de lo que ocurre con la huelga de hambre, el gran diálogo nacional y la instauración de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Honduras (CICIH), mientras tanto, la dirigencia sindical y centrales obreras están más preocupados por conformar una agenda que permita entrar al gran diálogo nacional con el gobierno y no una estrategia que permita el reintegro de los trabajadores y la recuperación de las estatales. Estas luchas han sido olvidadas y son tan trascendentales porque defienden los servicios públicos de suma vitalidad como la energía eléctrica y el servicio de agua potable, algo que la población necesita con urgencia en Honduras.

El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llama a luchar conjuntamente a todos los sectores organizados y no organizados para frenar todo acto que dañe los intereses del pueblo; defender las instituciones estatales y sumarse al apoyo solidario y total a los trabajadores de la ENEE y SANAA. Nos oponemos a la municipalización del agua y proponemos que se desbarate la Ley Marco y que se aplique la Ley Constitutiva para fortalecer y volver eficiente al SANAA.

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